El Papa Francisco falleció el lunes 21 de abril de 2025, a los 88 años de edad, tras 12 años de pontificado. El Pontífice se encontraba en Roma, en la Casa Santa Marta, donde había sido trasladado tras una estancia en el Hospital Gemelli. El cardenal Kevin Joseph Farrell, chambelán de la Santa Iglesia Romana, dio la noticia: «A las 7.35 de la mañana el Obispo de Roma regresó a la casa del Padre».
La muerte de Jorge Mario Bergoglio, elegido en marzo de 2013, marca el final de un pontificado que renovó profundamente la Iglesia.
Un acontecimiento mundial
La muerte del Papa representa un acontecimiento de excepcional importancia tanto política como espiritual. Como Jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano, su fallecimiento desencadena protocolos diplomáticos internacionales, con jefes de Estado y de Gobierno que acuden a Roma para presentar sus respetos. A nivel espiritual, los aproximadamente 1.300 millones de católicos del mundo pierden a su líder, abriéndose un periodo de reflexión y espera del nuevo nombramiento.
La liturgia de la muerte del Papa
La muerte del Papa abre el periodo de la «sede vacante«, durante el cual la Iglesia es gobernada temporalmente por el Colegio Cardenalicio. El protocolo que sigue a la muerte del Papa está regulado por la Constitución Apostólica «Universi Dominici Gregis», promulgada por Juan Pablo II en 1996. El papel principal en esta fase lo desempeña el camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrell (en el cargo desde 2019), encargado de administrar los bienes de la Santa Sede durante la sede vacante y de coordinar los procedimientos que llevarán a la elección del nuevo pontífice.
La comprobación de la muerte
Tradicionalmente, la constatación de la muerte del Papa seguía un ritual específico: el camarlengo llamaba tres veces al Pontífice por su nombre de bautismo mientras le golpeaba la frente con un martillo de plata. Al no recibir respuesta, pronunciaba la frase «Vere Papa mortuus est» («El Papa está verdaderamente muerto»). Este ritual está documentado hasta la muerte de Pío IX en 1878, pero hoy en día la constatación de la muerte se realiza mediante certificación médica. Sin embargo, la frase en latín se registra en el certificado de defunción redactado por la Cancillería Apostólica, iniciando formalmente la sede vacante.
Inmediatamente después, se precintan las habitaciones del Pontífice y el camarlengo comunica el fallecimiento al Vicario de Roma, que lo anuncia al mundo. La puerta principal de la Basílica de San Pedro se cierra a medias y las campanas repican a martillazos en señal de duelo.
El Novendiali y los preparativos funerarios
Según la tradición, el luto por la muerte de un Papa dura nueve días, durante los cuales se celebran los «Novendiali», misas en sufragio del alma del difunto. En el caso del Papa Francisco, la segunda misa de los Novendiali se celebrará el domingo 27 de abril en la plaza de San Pedro, presidida por el cardenal Pietro Parolin.
Las celebraciones continuarán todos los días a las 17.00 horas.
Durante este tiempo, se prepara el cuerpo: se viste con los ornamentos pontificios (mitra blanca, casulla roja, palio de lana blanca con cruces negras) y se expone a la veneración de los fieles.
La Congregación Particular y hacia el Cónclave
Durante la primera Congregación General de Cardenales, celebrada esta mañana, se ha procedido al sorteo de los tres cardenales que componen la Comisión que asiste al Chambelán en las decisiones ordinarias: Pietro Parolin, Stanisław Ryłko y Fabio Baggio, uno por cada orden de los que componen el Colegio (obispos, presbíteros y diáconos). Esta Comisión se renueva cada tres días.
Para proceder a la elección del nuevo Pontífice, deben transcurrir al menos quince días antes de que todos los cardenales electores lleguen a Roma.
El Cónclave, la reunión a puerta cerrada de los cardenales electores en la Capilla Sixtina, debe comenzar en cualquier caso dentro de los veinte días siguientes al inicio de la Sede vacante.
Los funerales del Pontífice
El funeral del Papa Francisco se celebrará el sábado 26 de abril a las 10:00 horas en el parvis de la Basílica de San Pedro. Según lo establecido por la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas Pontificias durante la primera Congregación General de Cardenales celebrada esta mañana, la ceremonia seguirálas nuevas disposiciones establecidas por el propio Bergoglio en el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, actualizado en abril de 2024.
El testamento del Papa Francisco
Ayer por la tarde se hizo público el testamento del Papa Francisco, un documento redactado en Santa Marta el 29 de junio de 2022. En el texto, introducido por su lema episcopal «Miserando atque Eligendo», Bergoglio expresa detalladamente sus deseos sobre la sepultura: «Pido que mi tumba sea preparada en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la Basílica de Santa María la Mayor».
El Pontífice deseaba una sepultura extremadamente sobria, especificando que «la tumba debe estar en la tierra; sencilla, sin ninguna decoración particular y con la única inscripción: Franciscus«.
En sus últimas voluntades, Francisco reveló también que había dispuesto que un benefactor se hiciera cargo de los gastos de su sepultura, confiando las instrucciones pertinentes al arzobispo Rolandas Makrickas, comisario extraordinario del Capítulo de Liberia.
El documento concluye con un pensamiento conmovedor: «El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos».
Los cambios introducidos por el Papa Francisco en el ritual funerario
Bergoglio ha cambiado significativamente el ritual funerario papal, optando por una mayor sencillez. Según la actualización del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis aprobada en abril de 2024, el cuerpo del Papa ya no será expuesto sobre un catafalco, sino directamente en un sencillo ataúd de madera abierto, «con dignidad, pero como cualquier cristiano». Francisco también ha simplificado el rito al prever una sola vigilia en lugar de dos y ninguna ceremonia para cerrar el ataúd.
También dispuso ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, donde acudía a menudo a rezar, abandonando la tradicional sepultura en las Grutas Vaticanas, bajo San Pedro.
El legado de un pontificado revolucionario
El Papa Francisco deja tras de sí un legado espiritual de humildad, misericordia y apertura al diálogo, habiendo transformado no sólo el rostro de la Iglesia, sino también muchas de sus tradiciones seculares, hasta incluir incluso el modo en que los Papas dejan este mundo.
Puedes seguir en directo la llegada de los fieles a la Plaza de San Pedro.