El domingo pasado hizo un precioso día de otoño y aprovechamos para dar un paseo por Villa Pamphilj, el tercer parque público más grande de la capital. Este pulmón verde alberga también una antigua residencia, un cofre con preciosos tesoros históricos. Así que, si aún no has prestado atención a Villa Pamphilj, te recomendamos que te des una vuelta (en verano también hay clases gratuitas de yoga al aire libre).
Pero volvamos a nosotros, y a la tarta de chocolate más sabrosa de la capital (según nuestro paladar). Después de caminar, nos entra mucha hambre, y un amigo nos habla de un conocido restaurante que lleva años abierto en la zona de Monteverde. Afortunadamente, dada la hora tardía, conseguimos encontrar sitio. El dueño es un señor muy simpático al que ayuda su familia en este negocio que lleva en pie desde 1945.
Tomamos asiento en la terraza cubierta y climatizada. De hecho, Il Focolare está dividido en varias zonas: el espacio exterior y dos salas interiores. A la entrada, no podemos dejar de fijarnos en el mostrador con productos frescos, entre ellos pescado capturado. Una vez sentados, con los ojos puestos en la carta, nuestro apetito aumenta al ver los numerosos platos que se ofrecen, tanto de carne como de pescado.
Ensaladas de marisco, sepia, espaguetis con almejas, arroz con crema de cigalas, canelones, raviolis, ñoquis, pescado del día al horno con patatas, carne, alcachofas a la romana, alcachofas a la giudia, etc. En cuanto al pescado, podemos decir que quedamos satisfechos.
La tarta de chocolate
Pero si te gusta más lo dulce que lo salado, tampoco te decepcionará la propuesta de postres. Al no conocer el restaurante de antemano, no sabíamos que era famoso por el zabaglione preparado en la mesa, que pedimos de todos modos. Como amantes del chocolate negro que somos, hubo otro dulce que llamó nuestra atención más que ningún otro («uno que no se encuentra en otros sitios como éste», según nos explicó el propietario). Hablamos de la tenerina ferrarese, preparada con mucho chocolate negro y que te hará, al menos por unos minutos, olvidar todos tus problemas.
Dónde: Via Gabriele Rossetti 42.