Tienes que ir a cenar o comer por primera vez con alguien que te gusta mucho. Eliges un restaurante de cocina romana y te traen el menú para que pidas. Aquí tienes algunos consejos para evitar causar una mala impresión.
Lo primero que debes saber es que: en la cocina popular romana, ¡el ajo está omnipresente! Y el mejor amigo del ajo, como sabes, es el mal aliento. Esto se debe principalmente a los compuestos volátiles de azufre, como el alil metil sulfuro (AMS), que se forman al digerir el ajo. Estos compuestos no sólo permanecen en la boca, sino que son absorbidos por el torrente sanguíneo y luego excretados a través de los pulmones, la piel y la orina, prolongando el olor durante horas o incluso días.
No hace falta que corras al baño para lavarte los dientes… pero tendrás que pedir un capuchino y confiar en la leche para neutralizar el olor. Ahora bien, a menos que seas del territorio italiano, comprenderás que a los ojos de una campesina pedir leche y café después de comer es un poco bizarro. Luego entendemos que los gustos son subjetivos.
Platos que no deberías pedir en una primera cita
Platos como la achicoria ripassata,el abbacchio alla cacciatora, la puntarelle, las alcachofas alla romana y la clásica bruschetta deben evitarse por culpa del ajo. Además, la achicoria ripassata (divina en nuestra opinión) creará el inconveniente de las verduras entre los dientes, de nuevo lo vemos difícil si no se lleva hilo dental (nota: sólo para usar en el baño).
El abbacchio alla cacciatora, por otro lado, aparte del ajo que puede mezclarse con las patatas asadas (sabemos que tú también has cometido este error de juicio al menos una vez en tu vida) puede ser difícil de comer con cubiertos. Y la escena de tus manos empapadas de aceite y residuos del plato te recomendamos evitarla en una primera cita.