El Coliseo es el monumento simbólico de Roma, durante todo el año muchos turistas de diferentes partes del mundo hacen cola para visitarlo y descubrir su historia. La construcción del anfiteatro, ordenada por el emperador Vespasiano de la dinastía Flavia, finalizó en el año 80 d.C. bajo el imperio del hijo de Vespasiano (Tito). Y desde entonces, este monumento ha vivido momentos gloriosos y otros más oscuros…
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1980, el mayor anfiteatro romano del mundo fascina a historiadores, arqueólogos y mucha otra gente… pero quizá no todo el mundo lo sepa:
Las entradas eran gratis
¡No había que pagar entrada para entrar! Los asientos se dividían en categorías sociales y los billetes servían para indicar a qué categoría social se pertenecía. Las mujeres tenían las peores posiciones (y en este caso el material sobre el que se sentaban también era diferente, se elegía madera para ellas). El emperador entraba por el lado norte; los senadores se sentaban en los escalones de mármol frente a la arena, donde estaban grabados sus nombres. Detrás de ellos se sentaban los caballeros y luego el pueblo, pero los asientos más laterales eran para las mujeres.
El Coliseo como «salida» de mármol
No todo el mundo sabe que el mármol que cubría partes del Coliseo se utilizó para construir edificios civiles, como el Palacio Barberini y la Basílica de San Pedro. Esto dañó la construcción original, pero en el siglo XVIII se puso fin a esta operación (y en consecuencia se evitó la destrucción del anfiteatro); volvió el amor por esta obra.
La oscura fama del Coliseo
Muchas personas murieron en el Coliseo y en la época de los gladiadores se consideraba una de las 7 puertas del infierno. A lo largo de los años, magos y brujas apreciaron las hierbas que crecían en sus ruinas, que se creían mágicas.
Entre las 7 maravillas del mundo moderno
En 2007, el Coliseo se incluyó en la lista de las 7 Maravillas del Mundo Moderno junto con la Gran Muralla China, la Estatua del Cristo Redentor, Machu Picchu, Petra, el Taj Mahal y Chichén Itzà.
Gladiator se rodó en Túnez y Malta
Gladiator, de Ridley Scott, que fue un gran éxito mundial (recaudó 457 millones de dólares), no se rodó en el Coliseo. Las escenas en el anfiteatro romano se rodaron en El Jem, en Túnez, y otras en el reconstruido (y en parte generado por ordenador) de Malta.