Si le gustan las excursiones fuera de la ciudad, hoy le descubrimos un pueblo del Lacio que está esperando a ser descubierto. Hablamos de Arsoli, situado a unos 60 km de la capital, en la provincia de Roma. Este encantador pueblo se encuentra en las estribaciones orientales de los montes Simbruini, en la frontera entre el Lacio y los Abruzos.
Recibe el nombre de «Pequeño París», término acuñado por el famoso escritor Luigi Pirandello, a quien le encantaba pasar los veranos en este pueblo. Pirandello, de hecho, se sentía atraído por la tranquilidad y la belleza del lugar, que le permitían escapar del calor estival y disfrutar de un ambiente relajante. Su lugar de referencia en el pueblo era el Bar Altieri (ya desaparecido), en la Piazza Valeria, donde le encantaba tomarse un refresco y conversar con los lugareños.
Qué ver en el Pequeño París
El corazón del pueblo alberga la Piazza Valeria, caracterizada por una fuente octogonal del siglo XVI a un lado y una columna militar romana al otro. El centro histórico de Arsoli es un laberinto de callejuelas estrechas y escaleras que serpentean entre antiguas casas de piedra.
Si le gusta retroceder en el tiempo, visite el Castillo Massimo, que domina el paisaje y ofrece una vista espectacular de los montes Simbruini. La estructura irregular se adapta al terreno e incluye jardines italianos, una estatua de la diosa Roma y la iglesia de San Rocco. En el interior hay una galería con armas históricas, frescos de artistas como Zuccari y Marco Benefial (1749), y mobiliario original, incluidas camas con dosel y muebles preciosos. Puede estar cerrado porque se está restaurando. Este lugar puede valorarse en el sitio web de la FAI.
Gastronomía y naturaleza
Arsoli no sólo es rico en historia y arquitectura, sino que también ofrece oportunidades para los amantes de la naturaleza. El pueblo es un punto de partida ideal para numerosas rutas de senderismo que llevan a descubrir el paisaje virgen de los montes Simbruini. Además, le recomendamos que pruebe los platos típicos. Esta zona es conocida por su pan y su pasta fresca, como los «Sagnozzi», pasta hecha con harina de trigo, cubierta con tocino picado o guanciale (carrillada de cerdo).
Esta pequeña joya del Lacio, con su encanto intemporal y su ambiente tranquilo, sigue encantando a los visitantes, como lo hizo Pirandello hace casi un siglo… Excelente si busca tranquilidad.