Tabla de contenidos
Hay algo mágico en ver extensiones enteras de girasoles burlándose del sol, girando su corola al ritmo del amanecer. ¿Sabía que esta danza botánica se llama heliotropismo? En el Lacio, esta pequeña fiesta estival se repite cada año, ofreciendo paisajes amarillos perfectos para instantáneas sociales, viajes originales fuera de la ciudad y una pausa regeneradora en contacto con la naturaleza.
¿Cuál es la mejor época para visitar un campo de girasoles en el Lacio?
La floración de los girasoles en el Lacio comienza a finales de junio, pero es entre julio y principios de agosto cuando los campos están más bonitos. Por lo tanto, el momento ideal para visitar un campo de girasoles es sin duda entre la primera y la tercera semana de julio. En esta época, las extensiones amarillas son más espesas y pintorescas, ideales para un paseo por la naturaleza o unas cuantas instantáneas para compartir.
Después de mediados de agosto, las flores empiezan a marchitarse. Si desea visitar campos privados, es mejor que compruebe primero las fechas actuales, que pueden variar ligeramente cada año.
Averigüe dónde ver girasoles en el Lacio y viva una experiencia inolvidable en plena naturaleza.
Flor de Tuscia
A una hora y media de Roma, en Viterbo, se encuentra Tuscia Flower, un parque con 15 variedades ornamentales de girasoles: desde el clásico amarillo hasta tonos poco comunes como el naranja, el rosa y el vainilla. La entrada (7 euros adultos con 7 flores, 5 euros niños con 5) permite recogerlas uno mismo y crear el ramo perfecto. Puede hacer una pausa fotográfica en sus instalaciones: una ventana sobre el campo y un salón de gran tamaño, perfectos para selfies memorables. Abre todos los días, de lunes a jueves, de 9:00 a 13:00 y de 15:00 a 23:30; de viernes a domingo, de 9:00 a 23:00.
Dónde: Str. Teverina, provincia de Viterbo. A 1 km del centro de Viterbo.
En la carretera Roma-Civitavecchia, a la altura de Santa Severa.
A lo largo de la carretera Roma-Civitavecchia, cerca de Santa Severa, los prados de girasoles se alternan y son libremente visibles desde la carretera. La belleza salvaje de estos prados amarillos destaca sobre el azul del mar y el cielo, ideal aunque sólo sea para detener el coche, hacer una foto y respirar el aire veraniego. Algunas zonas ofrecen camiones de comida o incluso recogida gratuita, dependiendo de la gestión local.
Reserva Natural de Monte Rufeno
En el corazón de Tuscia, entre las colinas de Acquapendente, la Reserva Natural de Monte R ufeno da la bienvenida al verano con grandes manchas amarillas de girasoles enclavadas entre bosques centenarios, viñedos y prados en flor. Aquí, tras años de abandono agrícola, la naturaleza ha recobrado su vigor: 2.893 hectáreas protegidas de robles, arroyos y raras orquídeas albergan no sólo extensiones de girasoles, sino también un Museo de las Flores interactivo lleno de curiosidades botánicas.
Campiña pontina
Entre Nettuno y Latina, la campiña pontina esconde pequeñas joyas estivales que esperan ser descubiertas. No es raro, conduciendo por las carreteras secundarias, toparse con extensiones de girasoles silueteados contra el cielo despejado. Le recomendamos que se desvíe hacia el agroturismo Nuova Fattoria, cerca de Torre Astura: aquí, además de flores, encontrará animales de corral, ordenadas hileras de viñas y rincones perfectos para un rústico aperitivo al aire libre. Es un lugar pensado para los amantes de la sencillez, los días lentos y la naturaleza que sorprende sin demasiados efectos especiales.
Rivodutri y el Valle Sagrado
A pocos minutos de Rieti, en medio de los paisajes vírgenes del Valle Sagrado, Rivodutri ofrece una de las vistas más evocadoras del Lacio en verano. Los campos de girasoles se extienden suavemente al pie de las montañas, entre carreteras panorámicas y pequeños pueblos con sabor auténtico. Lo que la hace aún más especial es la proximidad del manantial de Santa Susanna, uno de los mayores de Europa. Basta un lento paseo a pie o en bicicleta para disfrutar del ambiente relajado y los colores vibrantes de este rincón poco conocido pero verdaderamente fotogénico.
Dónde: Rivodruti